Las lesiones cervicales no cariosas (LCNC) son la pérdida de estructura dentaria a nivel cervical en ausencia de caries, las cuales tienen una prevalencia del 85% en la población. Esta pérdida de tejido duro, generalmente en forma de cuña, produce una mayor acumulación de placa bacteriana, ya que dificulta la higiene dental, lo que favorece la aparición de caries.
Existen distintos tipos de LCNC, dependiendo de su etiología.
En primer lugar, las abrasiones son causadas por factores mecánicos, como el cepillado traumático o el uso de cepillo duro, lo que produce el desprendimiento del tejido dentario.
En segundo lugar, están las erosiones, donde la pérdida de estructura dentaria se debe a la disolución del tejido por los ácidos de la dieta, bebidas con gas, los ácidos provenientes de la placa bacteriana, o incluso por el reflujo gastroesofágico.
En tercer lugar, tenemos las abfracciones, las cuales son microfracturas del tejido dentario producto del bruxismo o apriete dentario, o por la pérdida de dientes que hace que se ejerza una mayor fuerza sobre las piezas dentarias restantes. Por lo general, estas lesiones se producen por una combinación de los distintos factores mencionados anteriormente, por lo que es de vital importancia reconocer las principales causas, para así lograr mejores resultados con el tratamiento.
Si bien, no son caries, por el hecho de haber una pérdida de estructura dentaria es importante restaurarlas, ya que, de lo contrario, seguirán avanzando y debilitando el diente, pudiendo llegar incluso a la pulpa dental. Además, la pérdida de estructura dentaria, deja expuesta la dentina, por lo que muchos pacientes pueden desarrollar hipersensibilidad dentinaria, cuyas molestias se resuelven al restaurar el diente.
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